«LA CONFIANZA» EN HUESCA, PATRIMONIO HISTÓRICO COMERCIAL DE LA HUMANIDAD

Inauguramos esta sección de «Comercios que enamoran» de mi tiendología personal, con un establecimiento que es pura inspiración por méritos propios.

Sin duda hay muchas razones para viajar a Huescay disfrutar de la calidez de esta ciudad y sus gentes, pero reconozco que visitar «La Confianza» y conocer personalmente a Mª Jesús Sanvicente, fue para mi una experiencia única.

La Confianza es la tienda más antigua de España, fue fundada en 1871 por un francés, Hilario Vallier. El elegante local se destinó entonces a mercería y finas sedas. La fámilia de Mª Jesús la adquirió en la posguerra, y ahora vende con pasión productos de alimentación de calidad y es visitada por turistas por sudecoración, especialmente la obra del pintor local León Abadías.

Dejo el resto de datos biográficos para que bucéis por internet, y me centro en el momentum especial de mi experiencia personal.
Visite Huesca para impartir una conferencia a los empresarios del comercio con motivo de la inauguración de la 8ª Semana del comercio oscense.
Como no podía ser de otra manera, y de la mano de Vicen Mateo, técnica de la asociación local de comerciantes, recorrimos algunos de los comercios más representativos de la ciudad. Cerca del Sagrado Corazón de Jesús descubrí este maravilla que recomiendo a todos mis lectores.
Me llamaron especialmente la atención la creatividad de sus escaparates, y como no su fachada que te pone en la antesala de conocer la riqueza de su interior.
Cada detalle, cada producto que allí puedes encontrar despierta el interés y estimula recuerdos de mi infancia.
No es facil resumirlo en palabras, porque transciende lo meramente curioso, y tal vez es lo que la diferencia de muchas tiendas curiosas que conozco.
Me encanto conocer a Mª Jesús, una personal encantadora, y de gran personalidad, alguien muy especial que denota una profunda y arraigada cultura empresarial, hay que mencionar que recientemente ha recibido unpremio en Francia a la «mujer emprendedora de Europa«. Como recibió la noticia y su reacción de incredulidad me desvelo rápidamente su personalidad afable. Empatizamos enseguida y me conto anécdotas divertidas que durante años se han vivido a un lado y otro de su impresionante mostrador.
Los piropos de su marido a las clientas, y esa dulce despedida a niños, y no tan niños, con el regalo de ese caramelo entregado con cariño. Y yo me pregunto ¿eso es fidelización o recuerdo?
Visite ese maravilloso sótano al que se accede por una escalera que ya es en si misma representa un museo repleto de fetiches comerciales que son la historia de sus escaparates centenarios.
Me emplace a volver y, a ser posible, disfrutar de una cena en este lugar especial en el que hasta los cajones cobran vida propia con su movimiento acompasado. La luz que entra en aquel sótano es especial, sus vidrieras construidas con botellas de vino me recordaron las de las más sobrias catedrales.

No pude evitarlo, y con todo el respeto del mundo le dije a MªJesús, «este lugar me despierta el mismo respeto que el de la Catedral» Para mí «La Confianza» forma parte del patrimonio historico comercial de la humanidad que debemos proteger.Cientos de miles de personas que la habrán visitado en sus más de 140 años de historia, resumen mejor que algunos museos, la actividad antropológica de la sociedad. Porque hablamos de confidencias, hablamos de calor humano, hablamos de complicidad… hablamos, en definitiva de respeto, ilusión y orgullo de profesión de muchas generaciones.

«La confianza» es un comercio que enamora.